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IGLESIA DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN (MONTÓN DE JILOCA) |
En la ribera del Bajo Jiloca, y a orilla de la carretera N-234 en la Comarca de Calatayud, se encuentra la localidad de Montón de Jiloca. Su casco urbano conserva todavía el trazado medieval y el nombre de algunas calles como Tripería, Mesón, la Fuente, etc. Todavía conserva parte de su recinto amurallado con cubos semicirculares huecos, probablemente obra del siglo XII con reformas posteriores, sobre todo en el XVII cuando se añaden las dos puertas que actualmente podemos ver: el Portal Bajo y el arco y capilla de San Roque. En la parte más alta del caserío destaca su iglesia parroquial de la Purísima Concepción, que se levanta exenta con una amplia plaza frente a su fachada principal. Es una construcción a base de mampostería con verdugadas de ladrillo reforzando las esquinas. El ladrillo como material único se utiliza en la fachada principal y en la parte alta de la torre mudéjar y en la torre barroca. 2 La fábrica principal de la iglesia corresponde al siglo XVI, seguramente sobre un templo anterior del XV con cabecera poligonal y nave única de dos tramos a la que abrirían capillas de poca profundidad entre los contrafuertes. En esta amplia reforma, que enmascaró completamente la iglesia primitiva, se añadieron dos tramos más hacia los pies, se abrieron las capillas y se levantó la torre de la esquina noroeste. 4 Al exterior se aprecian los contrafuertes de ladrillo entre tramos de la nave y esquinas del ábside, así como las ventanas del mismo material, dobladas en arco de medio punto. 6 La entrada al interior se sitúa en el centro de la fachada de los pies, a través de portada de piedra sillar, que abre en arco de medio punto entre columnas toscanas sobre las que apea un entablamento. Sobre el mismo una hornacina vacía y la fecha de 1599. En la parte alta de esta fachada se levanta una galería aragonesa de siete arquillos ciegos doblados en arco de medio punto. La torre de la izquierda del espectador es la mudéjar del siglo XVI. De planta cuadrada está realizada a base de mampostería con abundante argamasa y ladrillo reforzando las esquinas. Su aspecto es plenamente civil y recuerda a las torres de algunos palacios aragoneses renacentistas, como el de los Luna de Zaragoza. Consta de dos cuerpos, el primero que llega hasta la altura de la nave de la iglesia es liso, y únicamente algunos vanos adintelados rompen la monotonía de sus muros. Una sencilla cornisa separa este cuerpo del superior, construido íntegramente en ladrillo. Presenta en cada uno de sus lados tres vanos doblados en arco de medio punto con óculos ciegos en los antepechos. Su interior se divide en tres estancias superpuestas sin ningún interés. 10 En la segunda mitad del siglo XVII se añadiría una segunda torre en el lado contrario. Obra de ladrillo sobre un amplio zócalo de piedra sillar, se divide al exterior en dos cuerpos, el primero de planta cuadrada en el que abre una pequeña puerta, actualmente tapiada, encima del zócalo, y encima un amplio vano y una saetera. Se remata el cuerpo con un paño de esquinillas al tresbolillo debajo de la volada cornisa que lo separa del superior. 12 Es en el segundo cuerpo, o de campanas, donde encontramos esas pervivencias de lo mudéjar tan presentes en las torres barrocas aragonesas. De planta también cuadrada con las esquinas achaflanadas consta de un amplio basamento en el que se disponen tres grupos de esquinillas al tresbolillo: una en el centro en el interior de un espacio rectangular enmarcado en resalte y dos en la parte inferior de las pilastras cajeadas que hay en cada uno de sus lados enmarcando los vanos en arco de medio punto que abren para alojo de las campanas, con un motivo barroco en relieve debajo de cada uno. Se remata la torre en amplia cornisa volada sobre pequeño paño de esquinillas.
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