Iglesia de San Lorenzo Mártir de Torralbilla

Algo que llama la atención nada más entrar en la iglesia es la decoración de entrelazo que cubre el intradós de los cinco fajones que separan los seis tramos de la nave, y no tanto por sus desarrollos como por su llamativo colorido, que también se extiende a los motivos florales barrocos de las bóvedas, aplicado la última vez que se pintó el templo. El marrón oscuro que remarca las cintas contrasta vivamente con el azul, también oscuro, de las estrellas y puntas de diamante que rellenan los huecos que generan los entrecruzamientos de aquéllas.

Si en el atrio y en las capillas laterales las cintas tienen esa forma “especial” vista en el primero, en los arcos fajones su desarrollo es el clásico, en forma de un fino y doble agramilado longitudinal.

Comenzando por la cabecera, el primer fajón desarrolla el mismo motivo visto en el arco del atrio exterior. El escaso espacio que ocupa solamente permite completar las grandes estrellas centrales, mientras que las pequeñas y los cuadrados quedan reducidos a la mitad en ambos laterales. Como ya se describió su desarrollo pormenorizado en la página anterior, a ella me remito para su consulta.

El motivo del segundo fajón es igualmente un lazo de ocho pero su desarrollo es a base de líneas curvas que parte también de una red de cuadrados con los extremos y lados entrantes en forma semicircular. Entre cada cuatro cuadrados, los entrantes semicirculares forman un espacio cuadrilobulado, o lo que es lo mismo, un lazo de cuatro circular con el espacio interior configurado por una estrella de cuatro puntas en ángulo agudo y cuatro lados semicirculares. Los cuatro ángulos semicirculares entrantes por la intersección de los cuadrados mayores y las cuatro semicircunferencias entrantes dan lugar a un espacio estrellado de ocho puntas con la particularidad de que todos sus lados son curvos. Finalmente, las intersecciones de los cuadrados mayores en los ángulos forman pequeños círculos. Como en el resto de los arcos el desarrollo es incompleto en cuanto a los espacios cuadrilobulados y los circulares. Los espacios interiores estrellados de ocho puntas se rellenan con grandes estrellas de caras y aristas rectas, los lazos de cuatro con dobles roleos y los círculos con estilizadas medias esferas rayadas.

En el tercer arco fajón se repite el motivo de lazo de ocho de líneas rectas visto en el primero, solo que aquí el desarrollo completo corresponde a las pequeñas estrellas de ocho y a los espacios romboidales, quedando las estrellas grandes reducidas a la mitad en ambos laterales. Parece ser que el artista quiso dejar plasmado en estas dos superficies el desarrollo completo de este motivo.

El mismo criterio se aplica en el cuarto fajón en relación con el segundo, donde en el centro se puede ver la secuencia completa de espacios cuadrilobulados o lazos de cuatro y circulares, quedando los estrellados grandes en los laterales reducidos a la mitad.

Por último, el quinto fajón desarrolla un motivo de lazo de ocho que combina los dos anteriores, intercalando líneas rectas con curvas. Se forma a partir de una red de cuadrados con los ángulos semicirculares y de lados quebrados, que se interseccionan en dichos ángulos formando círculos mientras que los lados quebrados de los cuadrados forman un ángulo entrante. El resultado es que los cuatro ángulos rectos de los lados y los cuatro ángulos curvos entrantes por la intersección de los cuadrados mayores dan lugar a un espacio estrellado de ocho puntas que alterna los lados rectos con los curvos. Entre cada cuatro cuadrados mayores, los ángulos entrantes forman otro espacio estrellado de ocho puntas rectas. Todo ello da lugar a un lazo de ocho. Los grandes espacios estrellados se rellenan con estrellas de ocho puntas que alternan las caras rectas con las curvas mientras que los pequeños lo hacen con estrellas también de ocho puntas y los circulares con medias bolas rayadas.

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