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LA ALJAFERÍA (ZARAGOZA) |
Al interior, la capilla de San Martín tiene planta rectangular con dos pilares centrales que dividen el espacio en dos naves de tres tramos cada una, cubiertos todos con bóvedas de crucería sencilla. 2 3 Parece ser que cuando se construye, ya había desaparecido la advocación inicial a San Nicolás, manteniéndose la doble a Santa María y San Martín, algo que se desprende de la dotación de dos retablos dedicados a Santa María y San Martín que el rey hace en 1339 para los respectivos altares de la nueva capilla de la Aljafería, encargados al pintor Ferrer Bassa el 24 de mayo de dicho año. 4 5 Los pilares centrales originales, labrados en piedra sillar, eran de planta cuadrada con medias columnas adosadas en los cuatro lados para recibir la carga de los arcos formeros y perpiaños de las bóvedas, mientras que los diagonales apoyaban directamente sobre los ángulos del pilar. En la reforma barroca del XVIII se eliminaron casi en su totalidad las medias columnas, quedando de esta manera como pilares cruciformes, más acordes con el gusto de la época, a la par que se cubrían los capiteles originales con un entablamento corrido, capiteles que han quedado de nuevo a la vista tras la restauración. Estos dos pilares fueron sustituidos por otros nuevos, pudiendo verse en el espacio libre ante la Torre del Trovador. 7 8 Los arcos formeros y perpiaños de las bóvedas son apuntados, mientras que los diagonales son de medio punto. Los arcos son de sección recta con las aristas ochavadas, iguales que los de las bóvedas de crucería del cercano refectorio del antiguo Convento de Predicadores de Zaragoza, que se ha relacionado con la actividad del maestro de obras moro Abraham Bellito, documentado en el año 1336. En la restauración se colocaron en las claves florones de madera sobredorada con el Señal de la Monarquía Aragonesa. 9 10 Ocultos entre el cerramiento de los arcos y las estanterías han quedado los pilares y semicolumnas adosadas de ladrillo correspondientes a esta parte de la capilla. Se aprecia, por los restos conservados, que estaban cubiertos por decoración mudéjar agramilada simulando despiece de piedra sillar, al igual que el resto de los muros y bóvedas de la capilla, según se desprende de los fragmentos recuperados que veremos con detalle en la página siguiente.
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