La tercera y última de las dependencias conservadas del que fuera Convento de Predicadores de Santo Domingo de Zaragoza corresponde al dormitorio. De construcción algo posterior al refectorio, se cita junto al mismo en documentos de 1328. Con la misma orientación que el refectorio, también presenta planta rectangular que en origen tenía siete tramos, de los que se conservan seis reconvertidos en Capilla de la Casa de Amparo. Estas dimensiones nos dan una idea de la importancia y magnitud del Convento.
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Los tramos, separados por arcos fajones apuntados, cierran con bóvedas de crucería sencilla que apean en ménsulas en los muros laterales a la altura de la imposta corrida que recorre todo el perímetro marcando el arranque de las bóvedas.
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Todo el conjunto es de gran sencillez, cubriendo sus muros y bóvedas decoración pintada en época moderna imitando a la de las iglesias y dependencias mudéjares del XIV.
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