Iglesia de San Miguel de los Navarros (Zaragoza)

La reforma a que hacía alusión en la página siguiente se llevo a cabo entre 1666 y 1669, y afectó a las bóvedas de la nave principal, sustituyéndose las de crucería mudéjares por otras barrocas de medio cañón con lunetos. Los arcos perpiaños, al igual que los nervios de la cabecera, se decoraron con yeserías que desarrollan motivos de tradición mudéjar, y en cuyo trabajo tanto sobresaldría Juan de Marca con posterioridad, sobre todo en las parroquiales de Juseu, Brea de Aragón e Illueca.

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Para entender el desarrollo de los motivos he tomado las descripciones que de los mismos hago en las páginas de Juseu y Brea de Aragón donde se pueden ver completos. Aquí en los perpiaños de San Miguel, debido a la escasa anchura de los arcos, solamente se pudo incluir parte de dicho desarrollo.

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El primer arco se ornamenta con un motivo a base de mallas de cuadrados en posición sesgada compuesta por líneas hendidas con el ángulo resaltado hacia fuera, creando lazos de cuatro grandes y pequeños en forma de cruces y aspas y pequeños cuadrados que alternan con las aspas. Se puede ver en una de las capillas de la iglesia de Juseu.

La decoración del segundo arco parte de una red de cuadrados con los ángulos semicirculares y de lados quebrados, que se interseccionan en dichos ángulos se forman círculos mientras que los lados quebrados de los cuadrados forman un ángulo entrante. El resultado es que los cuatro ángulos rectos de los lados y los cuatro ángulos curvos entrantes por la intersección de los cuadrados mayores, dan lugar a un espacio estrellado de ocho puntas que alterna los lados rectos con los curvos. Entre cada cuatro cuadrados mayores, los ángulos entrantes forman otro espacio estrellado de ocho puntas rectas. Todo ello da lugar a un lazo de ocho. Los espacios estrellados se rellenan con estrellas de ocho punto biseladas, mientras que los circulares lo hacen con espirales.

El motivo que ornamenta el tercer arco parte de una red de cuadrados de lados entrantes redondeados en forma de semicircunferencia. Entre cada cuatro cuadrados, los entrantes semicirculares forman un espacio cuadrilobulado, o lo que es lo mismo, un lazo de cuatro circular. Los cuatro ángulos rectos entrantes por la intersección de los cuadrados mayores y las cuatro semicircunferencias entrantes, dan lugar a un espacio cruciforme con los extremos de los brazos curvados. Finalmente, las intersecciones de los cuadrados mayores en los ángulos, forman un pequeño espacio cuadrado. Los interiores estrellados se cubren con estrellas, los cuadrilobulados con motivos florales y geométricos, y los romboidales con puntas de diamante.

En el cuarto arco, adosado al muro de los pies, se desarrolla uno de los temas ya vistos en los nervios del ábside de la cabecera. Se trata de una sucesión de círculos tangentes que alternan con espacios romboidales. Se cubren los espacios interiores de los rombos con puntas de diamante, y los circulares con motivos espirales.